El estrés tóxico daña la arquitectura cerebral

Podemos decir que hay dos tipos de estrés, uno positivo y otro tóxico. El estrés positivo, además de ser necesario y útil, es saludable. Se basa en respuestas fisiológicas moderadas y breves a situaciones que lo requieren lo que lo convierte en un aspecto muy importante del desarrollo. Sin embargo, el estrés tóxico, que es la activación intensa, fuerte e ininterrumpida del sistema de respuesta al estrés provoca procesos que moldean la arquitectura del cerebro en desarrollo, sobre todo, en ausencia de la protección de los adultos que actúa como amortiguador 



El estrés crónico y persistente en la infancia temprana puede ser perjudicial para el desarrollo del cerebro. Este estrés puede deberse a una pobreza extrema, a un abuso reiterado o incluso a una grave depresión materna.